Una calada más por tus recuerdos, o por cómo han llegado hasta aquí. Una calada por todas las veces que has dicho mi nombre en tu mente, por todos y cada uno de los besos que me diste y los que nos quedan por dar. Una por tus principios, otra por mi final. Una por nuestra noche y su ocasión. Otra por todo lo que callé. Y la última, una de esas largas para que me tengas en cuenta, siempre. Las que quieras mientras no haya amanecido que sepas que me encanta fumar, pero prefiero otro vicio.
martes, 28 de diciembre de 2010
No has cambiado.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?
+ Es que... tu casa... No ha cambiado apenas. Hace un año desde que pasó todo y desde entonces no he vuelto a venir. Pero sin embargo todo sigue tan... igual. Como si en lugar de un año, sólo hubieran pasado uno segundos. - Me cogió la mano con fuerza. Pero sobretodo, con naturalidad. Como si fuera algo que hiciera habitualmente pero que realmente, hacía un año desde la última vez. - Tu casa no ha cambiado nada.
- Tú tampoco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario