¿Sabes? Es la primera vez en toda mi vida, que he dado gracias a dios por el echo de que no fuera suficiente para tí.
Sí. ¿Y sabes por qué? Porque ahora sé como eres. Me ha costado asimilarlo pero ya lo sé. Sé que presumes de tenerlas a todas, presumes de que todas te entreguen inocentemente su corazón. Y en unas semanas, presumes de haverlo destrozado como quien destroza un libro de matemáticas. No tienes derecho a hacer nada de lo que has hecho. Pero yo no puedo hacer nada. No puedo pararte los piés. Porque sé que aunque lo haga, no servirá de nada y lo seguirás haciendo. Jurarás, prometerás que no. Pero mentirás. Como siempre lo has hecho.
Antes creí que te importaba algo. Que cuando me mirabas, realmente sentías algo. Por poco que fuera.. Pero eso era antes.
Pero, ahora, ¿Sabes qué? Me dás asco.
Una calada más por tus recuerdos, o por cómo han llegado hasta aquí. Una calada por todas las veces que has dicho mi nombre en tu mente, por todos y cada uno de los besos que me diste y los que nos quedan por dar. Una por tus principios, otra por mi final. Una por nuestra noche y su ocasión. Otra por todo lo que callé. Y la última, una de esas largas para que me tengas en cuenta, siempre. Las que quieras mientras no haya amanecido que sepas que me encanta fumar, pero prefiero otro vicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario